Ejercicio físico: un estudio en ratones revela que sus beneficios en el cerebro se heredan

Investigadores del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han demostrado que los beneficios cognitivos del ejercicio físico moderado -40 minutos al día de carrera a velocidad muy moderada- son heredados por las crías y que estas, aun siendo sedentarias, los mantienen a lo largo del tiempo.


“Tienen más neuronas, las mitocondrias -orgánulos celulares encargados de suministrar energía a las células- están más activas, sufren cambios de expresión en los genes al igual que sus padres y, como consecuencia, aprenden y memorizan mejor, también como sus progenitores”, resume a Efe José Luis Trejo, líder de este estudio.


Los resultados se publican en la revista PNAS, en un artículo en el que también participan el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, el Centro Nacional de Análisis Genómico (Barcelona), el Instituto Nacional de Tecnología Agraria y Alimentaria, la Universidad de Valencia, la de Sevilla y la de Cambridge.

Experimentos en ratones replicados en tres modelos


Todos los experimentos se han hecho en ratones -solo machos- y se han replicado en tres modelos experimentales distintos: se han comparado crías sedentarias de padres sedentarios con las crías de padres ejercitados, pero también se han contrastado las camadas de padres sedentarios con las camadas de los mismos padres después de un programa de ejercicio físico de varias semanas.


Asimismo, se comparó las camadas de sedentarios y corredores concebidas mediante fertilización in vitro y transferencia de embriones.


En los tres casos se obtuvo el mismo resultado: el ejercicio de los padres hace que las crías aprendan y memoricen mejor tareas tanto espaciales como no espaciales, lo que los investigadores comprobaron con varios experimentos usando, entre otros, objetos y cambiando su posición.


Los beneficios del ejercicio físico para el cerebro son bien conocidos; por ejemplo, se sabe que modelos de ratón de envejecimiento y de la enfermedad de Alzheimer recuperan memoria y mejoran el funcionamiento cerebral al ponerse a hacer ejercicio, detalla Trejo.


“Ahora hemos determinado que lo favorable del ejercicio sobre la salud general del cerebro se hereda de padres a hijos y los beneficios no desaparecen aunque las crías sean sedentarias”.


Habría que ver, continúa Trejo, “si en la siguiente generación de ratones, que ya sería la tercera generación, estos beneficios persisten, y ese es el experimento que estamos haciendo ahora”, concluye este científico, quien indica que también corroborarán sus resultados con las madres.


Además de comprobar esto, los investigadores también describieron los genes cuya expresión cambia en el cerebro como consecuencia del ejercicio físico, señala el CSIC en una nota.

Nacimiento de más neuronas


Estos hallazgos tienen un “impacto enorme” en neurobiología, puesto que revelan que caracteres adquiridos durante la vida de los padres, en función de los distintos niveles de actividad física, son transmisibles a sus crías aun cuando estas no hagan ejercicio, según Trejo.


Además, la posibilidad de que la neurogénesis -nacimiento de nuevas neuronas- en el hipocampo pueda heredarse es de la “mayor relevancia”.


Esta región alberga el aprendizaje y la memoria y una vez que se termina el desarrollo embrionario ya no hay neurogénesis, excepto en el hipocampo.


“Si haces ejercicio y tienes más neuronas en el hipocampo y tus hijos heredan el tener más neuronas en esta región cerebral aun sin hacer ejercicio, esto tiene un impacto enorme para la neurobiología”, concluye Trejo. EFEfuturo

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