La ciencia encuentra un hueco en YouTube

La Gata de Schrödinger, Quantum Fracture, C de Ciencia y Date un Voltio son canales en YouTube que, lejos de compartir el contenido que convencionalmente se le asocia a esta plataforma, la utilizan para llevar la ciencia a los más jóvenes.


Detrás de estos canales está una periodista científica, un físico, un estudiante de geología e incluso un doctor en física de partículas, y todos ellos coinciden en que YouTube es un medio de entretenimiento más.


Lo eligieron porque, con pocos recursos, podían llegar a muchas personas, algo que -aseguran a Efe- se le ha atragantado a la ciencia durante años, más proclive a usar medios convencionales.

Hablar del bosón de Higgs en YouTube


Estos divulgadores, que recientemente participaron en una jornada organizada por el Instituto de Física Teórica de Madrid, echan mano de animaciones y memes para desarrollar sus vídeos, lo que los hace más amenos y comprensibles para las nuevas generaciones.


Los resultados lo demuestran, todos ellos cuentan con varios miles de suscriptores, algunos superando el millón, con vídeos que explican qué es el bosón de Higgs, por qué la homeopatía no tiene base científica o cuál es la ciencia que hay detrás de la película Interestelar.


Sin embargo, tienen claro las desventajas y riesgos que conlleva que cualquier persona pueda subir un vídeo a la plataforma, y abogan por el pensamiento crítico de los consumidores para diferenciar qué vídeo tiene un contenido fiable y cuál puede ser una proyección pseudocientífica.

YouTubeFotografía detalle que muestra la aplicación de YouTube en un teléfono inteligente. EFE/SASCHA STEINBACH


“Youtube es un medio donde entra todo. Vivimos en una sociedad de la sobreinformación y eso es muy peligroso, sobre todo en chavales jóvenes. Por eso es necesario enseñar a la gente desde muy jovencita a tener pensamiento crítico, a distinguir entre una noticia real y una “fake new”, a saber manejar la información”, explica Rocío Vidal, creadora del canal La Gata de Schrödinger.


Todos reiteran que en las descripciones de los vídeos siempre adjuntan los enlaces a los artículos científicos en los que se han basado para grabarlos, y los presentan como una medida para diferenciarse de otro tipo de contenidos.


Aún así, denuncian que el estereotipo negativo asociado al término “youtuber” les ha supuesto que parte de la comunidad de divulgadores científicos no les tome del todo en serio: YouTube es solo el medio y lo que se debería valorar es el contenido de los vídeos, recalcan.

Un sello para avalar los canales


No obstante, Martí Montferrer, creador del canal C de Ciencia, opina que “no hay que caer en el tópico” y pensar que solo es válido el contenido científico de YouTube, pues al fin y al cabo se trata de una plataforma de entretenimiento y todos consumimos entretenimiento, ya sea por internet o a través de la televisión.


Este divulgador también opina que YouTube es algo tan nuevo que, de momento, no hay organismos que lo regulen.


En este sentido, recuerda que él y el creador de Quantum Fracture -José Luis Crespo- hicieron una entrevista al ministro de Ciencia, Universidades e Innovación, Pedro Duque, y en ella le propusieron la creación de un “sello” que permita al Gobierno o asociaciones científicas identificar qué canales avalan.


Los canales mencionados ya han sido apoyados por instituciones como el Instituto de Física Teórica, con el que colaboran habitualmente algunos de los divulgadores, y varios han sido premiados por el Centro Nacional de Física de Partículas, Astropartículas y Nuclear por su labor en la divulgación. EFEfuturo

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